El papel sanitario de Granma ya no limpia; cacas y cocos de la prensa taína

Cuando matriculaba en unos cursos de periodismo de la UM, el señor que coordinaba el programa me preguntó de mis experiencia en los medios; le dije que en Cuba tuve "diarias experiencias" usando Granma como papel sanitario... ¡Tremenda descarga me llevé, por poco se me jode la matrícula! :-)

 

 

Todo tiempo pasado fue mejor... para los neardentales

Unos pocos, pero en el poder y/o pegados a la teta de la vaca flaca castrista, añoran los tiempos de cuando el régimen cubiche era dueño de la verdad absoluta -periódico Granma mediante, y sus fervientes repetidoras en la República de Birania.

 Pero en este arroz-con-mango actual de tarequitos electrónicos -contrarrevolucionariamente interconectados, hambrientos de internet, erizados de afilados dientes azules (bluetooth), ubícuos, portables y promiscuos, penetrando y dejándose penetrar por memorias flash, intercambiando los flujos vitales de la información, ¡qué tortilla 2.0 compañeras y compañeros!, el monopolio de la propaganda oficial no puede siquiera pretender que cumple con sus funciones manipulativas y desinformadoras.

Un escenario aún primitivo si lo comparamos con el resto del mundo, pero alarmante para los cavernícolas de Birania. Inquietante, pero inevitable.

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Chivatiente "Miguel" [David Orrio] y su cruzada por la renovación del panfleteo

Davicito hOrror, más conocido como el "Agente Miguel" -uno de los chivatos que ayudaron a condenar a los 75 de la Primavera Negra del 2003, un tipejo que trata lastimeramente de volver a la notoriedad; se ha lanzado de cabeza en la charca muerta y maloliente del periodismo oficialista, haciendo olas peligrosas para los plumíferos de agua al cuello y aferrados a sus puestecitos mierderos en el mentidero nacional.

La idea del señor hOrror no es nueva: Los medios oficiales -únicos legales en Cuba- tienen cero credibilidad y no informan, y la gente se entera de lo que pasa en el batey por los medios "enemigos", con el consiguiente desprestigio para la Re[in]volución. Davicito quiere cambiar tal desbarajuste.

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El pollo del arroz-con-pollo

 El meollo del problema es que es imposible cambiar un sistema tan rígido sin destruirlo -remember Gorbáchev y su glásnost que soltó lenguas y mentes, terminando la USSR en una descojonotroika putinesca.

En una frase: El castrismo no puede sobrevivir a la exposición de la verdad, ni siquiera a un espejismo masivo en que la gente crea poder compartir sus verdades sin temor a ser reprimidos.

David Orrio plantea crear un nuevo reglamento y leyes que regulen la prensa cubana, y que esta solo tenga que responder a los tribunales, no a los inquisidores del PCC -y por extensión tampoco (técnicamente) a los intereses de la élite.

En una dictablanda esto sería una "solución" para aminorar las tensiones del populacho y seguir gobernando cómodamente, porque gobierno-Estado-partido-único y Líder Supremo dictan y se cagan en sus propias leyes, y por ende controlan los tribunales, así indirectamente también seguirían controlando una prensa supuestamente independiente.

Pero en Cuba -reitero- por la rigidez del sistema y su descalabro total, es imposible tratar de reparar la fachada sin que todo este edificio de mentiras y promesas incumplidas se desmorone sobre las cabezas de la junta militar. 

¡Ojalá Davicito sea escuchado y veamos pronto por CNN la cagástrofe final del castrismo!

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Pan-con-Timba para los hambrientos

 Los medios de "información" castristas están divorciados de la realidad; anuncian abundante comida, pero los platos están vacíos; justicia social de papel versus las muy reales miserias del pueblo hundido en una inacabable lucha por sobrevivir a lo inmediato y sin esperanzas de un cambio.

Les falta aplicar a la prensa la imaginación de su VI Congreso del PCC, donde aparentemente se concentraron en lo económico, dejando lo ideológico a un distante segundo lugar. En realidad siguieron tan fosilizados y estalinistas como siempre, pero aparentaron -y por unos meses engañaron al siempre crédulo y sumiso rebaño, pero con el resultado residual y tímidamente positivo de un timbirichismo rampante donde cientos de miles están aprendiendo a vivir del mercado privado.

Esto en esencia fue una maniobra de diversión, o parche que no repara el tremendo hueco económico, pero alivia un tanto las penurias de la mayoría.

En la misma cuerda podrían crear una imagen de apertura en los medios, sin abrirlos realmente; sustituyendo la indigesta propaganda comunista por entretenimiento: Crónica roja y farándula... con el comunismo de siempre ronroneando disimuladamente en el fondo; un pan con timba en donde se necesitaría un banquete; pero al menos la gente tiene algo que mascar.

La crónica roja tiene como ventaja adicional una justificación implícita para que el gobierno despliegue sus esbirros policiales: ¡vean qué mala está la calle, necesitamos mano dura contra el crimen! 

La farándula y sus cuentos de hadas y chismes desviaría la atención pública de los problemas reales: ¡Cucusita es toda silicona, y ya no va a Prado y Neptuno!

Aunque parece que ni este adormecedor recurso es admisible para los ayatolas taínos; vean como muestra del lobo de la intolerancia, el pelo de la prohibición que los UNEACos hoy piden en contra de reguetones chupi-chupis y similares unortodoxas vulgaridades... ¡Vaya, que todavía hay un Rebuznante que le ronca los mojones!

¡Chencha tráeme un Granma, que se me acabó el rollo!
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¡Hasta los cretinosos -cretinos e izquierdosos- de Kaos-en-la-Red le tiran con el rayo a la prensa taína!