jueves, 1 de marzo de 2012

Galleros de La Sierra y Timbiricheros de El Llano

En la foto de abajo unos verduleros en Ciudad Camagüey, este Enero del 2012.
Veo interesante la eficiencia -diría excelencia- en el aprovechamiento del espacio: El triciclo se convierte en un mostrador ¡hasta entre el manubrio y el sillín hay una caja plana o bandeja ampliando el área de exposición y venta! Y encima del timbiriche con ruedas, de una tendedera cuelgan plátanos, piñas, una ristra de ajos... bajo toldo que protege los productos y compradores del sol; nótese también la variedad.
Hasta el más mísero timbiriche demuestra que el sector privado es eficiente, pues al ojo del amo engorda el caballo.

Pero hay un detalle-síntoma que oscurece la imagen: Solo hay una persona comprando, rodeada de 4 timbiriches y al menos 5 vendedores; algo no está bien, y es que los precios son demasiado altos para el magro bolsillo cubiche.

Ya desde las páginas de Granma y Juventud Rebelde se sataniza a los timbiricheros, con los alaridos cómplices del rebaño obediente, parece una reedición del lengüeteo que ayudó a Fidel Castro a justificar el cierre de los "Mercados Libres Campesinos" en los años 80's.
Mucha gente quiere que se le ponga un tope a los precios; en sintonía con las políticas autoritarias a que los tienen acostumbrados, sin atreverse a entender que estos "abusivos" precios no son la causa de que no puedan comprar, si no el efecto de la lentitud y tacañería de las "reformas", los míseros salarios y pensiones, los impuestos y regulaciones excesivas, y una infraestructura incapaz de proveer transporte e insumos a los agricultores, amén de la renuencia del clan reinante a hacer una reforma agraria y vender en parcelas sus vastos latifundios al campesinado cubano, en vez de prestarlas por 10 años para que los infelices siervos de la gleba limpien la tierra del marabú.
Estos precios son la consecuencia de un sistema incapaz y corrupto, imagen y semejanza de quienes lo implantaron y lo preservan.
El mercado en un medio propicio es capaz de autorregularse y aproximarse a la capacidad de adquisición de sus clientes.



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Y esta imagen bajó de las montañas de la Sierra Maestra en Diciembre del 2011; una pelea de gallos en un claro hecho a machete.
Los montunos de la región concertan lidias todas las semanas, donde participan 200 ó 300 vecinos apostando cientos de pesos.

Las peleas de gallos en Cuba son ilegales para el pueblo - Raúl Castro y sus compinches las disfrutan frecuentemente en Cayo Saetía y hasta en un pequeño estadio de rodeo dentro del área de la Feria Agropecuaria de Holguín.
Para los guajiros galleros y apostadores los castigos son fuertes multas o prisión, el decomiso de los animales y la destrucción de la "valla".

-Lástima que tuve que ocultar los rostros para protegerlos, pues las expresiones de sus caras son como viñetas de la picaresca montuna... 

¡Y le voy to' lo que traigo al giro, compay!




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