sábado, 4 de junio de 2011

A Fariñas esta vez le ahorcan el doble seis

Guillermo "Coco" Fariñas, un ex-coronel del ejército castrista, psicólogo y opositor; evidentemente por su experiencia en ambos extremos de la mesa de juego, es un experto en mover las fichas del complejo dominó isleño, amén de ser un valiente que arriesgó su vida y logró que el gobierno cubano cediera a gran parte de sus demandas en una huelga de hambre tras la muerte de OZT. Fariñas ganó con capicúa.

Hoy "Coco" exigiendo esclarecer las causas del fallecimiento de Juan Wilfredo Soto, alias "El Estudiante", reta a la tiranía a otra partida donde las apuestas son mayores, y sus fichas no tan buenas como en la anterior.

 Las fichas que le tocaron, son muy distintas a las que tuvo cuando la muerte de Orlando Zapata. En esa fecha Cuba tenía a un aliado (casi un perro fiel) en el ministro de exteriores español Ángel Moratinos, y por ende la posibilidad de lograr desmontar la "posición común" de Europa frente a Cuba; entonces el "liberar" (deportar) a Los 75 se justificaba como un mal menor y un puente a los créditos europeos (zapaterismo mediante).

 Ahora ya Moratinos perdió (y hasta lloró) el puesto, el PSOE se desplomó, la posición común se mantiene, los presos políticos cubanos de mayor perfil están en la calle, y lo que es más importante: el raulismo tiene que mantener el país tranquilo y estable para poder aplicar las reformas que permitirán a la junta militar sobrevivir en el ya inminente e inevitable post-castrismo.

 Otra gran diferencia es que los familiares de "El Estudiante" apoyan la versión oficial de las causas de la muerte del opositor: "pancreatitis", deteriorando la de la disidencia: paliza, y de paso emporcando la denuncia legítima con los malos olores del brete politiquero.

 Y lo que definitivamente le tranca el juego a Fariñas, es que el General ha apresurado el paso de las reformas, luego de purgar al gabinete de su hermano, y recibir la bendición partidista en su último congreso.

 La paradoja para la disidencia cubana, es que la población puede interpretar la oposición al raulismo como un sabotaje a los cambios económicos; en un escenario en que cualquier cambio es positivo porque peor casi no pueden estar.

 Con Raúl anunciando nuevos cambios cada semana, y ampliando y reforzando su base de poder; esta nueva huelga de hambre de Fariñas es insignificante y peligrosa. Ya el gobierno le advirtió que lo dejará morir y el opositor está debilitado y enfermo por las secuelas de su anterior ayuno.

Las autoridades -por ejemplo- con eliminar la "tarjeta blanca" o legalizar la compra-venta de casas y automóviles (ya anunciada) puede darse el lujo -reitero- de cruzarse de brazos y dejar morir de inanición al disidente, deportarlo o encerrarlo.

Si no le convencen las razones anteriores, solo pregúntese cuál gobierno ¡y menos una tiranía! en este mundo aceptaría que un solo ciudadano lo presione constantemente. Aunque las razones del huelguista reincidente sean las mejores; para La Habana, volver a ceder es inaceptable.

Fariñas anteriormente ganó al crear una crisis, sobre la base de otra crisis mayor provocada por el deceso de Zapata, la reacción internacional, Damas de Blanco en las calles y los 75 todavía encarcelados, y el escaso tiempo que La Habana tenía para maniobrar en Europa.

Hoy el escenario no es el mismo, y tampoco serán los resultados.

Ojalá me equivoque, pero creo que al Coco esta vez le ahorcarán el doble seis, a menos que bajo la manga esconda el vídeo que un testigo -supuestamente- tomó con un celular de la paliza que la PNR dió a JWS.
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Artículos relacionados en: Diario de Cuba, ENH, AFP, Libertad Digital.
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Update Junio 6. Un síntoma de la equivocación: ya empezó la trivialización y el relajito con la huelguita, en lo de Eduardo del Llano y apuesto que la jodedera pica y se extiende.
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Update, Junio 11: Fariñas desiste. ENH

3 comentarios:

  1. Este farsante en su puta vida fue coronel de nada, esa es otrs de sus mentiras

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  2. Creo que muy probablemente tienes razón. Pienso que se lograría más potenciando acciones conjuntas, que no con acciones individuales tipo huelga de hambre.

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  3. Hola Diana (y al airado "Anonymous").

    Creo que este no es un caso de acciones colectivas vs. individuales... o que Fariñas fue o no un Coronel, es o no un mentiroso, etc. Fariñas es conocido internacionalmente como un opositor no-violento ganador del premio Sajárov; esa es la realidad.

    Dejando -por un momento- el escenario, veo 2 problemas a la acusación de la oposición al gobierno:
    1- No hay pruebas de que la policía apaleó a JWS.
    2- El acusado (gobierno) no tiene que demostrar su inocencia; es el acusador quién tiene que demostrar -reitero, con pruebas- la culpabilidad del sospechoso.

    Y para hacerlo más difícil, las autoridades esgrimen un certificado de defunción favorable, el fallecido era un hombre enfermo, los testigos presenciales afirman que no hubo violencia en el arresto, la familia no solo acepta la versión oficial, también hace declaraciones a la prensa desmintiendo a los opositores; y el famoso videíto que aclararía este rollo no aparece, ni creo que Fariñas lo tenga (quizás nunca existió), porque le hubiera sido fácil colgarlo en Internet y provocar un escándalo sin tener que llegar a este peligroso -e inútil- ayuno.

    Creo que a JWS lo apalearon y lo reventaron; pero de creer estamos calvos. Aquí hacen falta pruebas, y la oposición todavía no las encuentra, porque hasta ahora no las tiene.

    Por ello veo la huelga innecesaria y contraproducente; por lo prematura, sin una base sólida y que puede deteriorar la imagen de Fariñas, y por extensión fortalecer la campaña oficial de descrédito contra la oposición interna.

    Ahora, retomando el escenario, se puede alegar que en Cuba es casi imposible probar culpable al gobierno, que los forenses trabajan para el Estado, la familia pudo ser amenazada o sencillamente son comunistas, los testigos otro tanto, etc. Todo lo anterior es cierto o es posible; pero no un motivo para arriesgarse a perder la credibilidad. En este ambiente tan adverso es donde más se necesitan de pruebas irrebatibles, no de acusaciones sin fundamento legal ni de acciones suicidas.

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